Esta preparación de pollo salteado con verduras al estilo asiático es perfecta para esos días en los que quieres algo sabroso, ligero y rápido, pero sin renunciar a una buena explosión de sabor. El secreto está en el marinado sencillo del pollo, el golpe de fuego fuerte del wok y una salsa brillante y ligeramente espesa que envuelve cada tira de carne y cada trozo de verdura. A continuación encontrarás una versión más detallada y descriptiva de la receta, manteniendo exactamente los mismos ingredientes y pasos básicos, pero explicados con calma para que te salgan unos salteados dignos de restaurante.
INGREDIENTES PARA LA RECETA
- Pollo (cortado en tiras o cubos)
- 1 pimiento rojo en tiras
- 1 pimiento verde en tiras
- 1 cebolla mediana en plumas
- 2 dientes de ajo picados
- 2 cucharadas de salsa de soja
- 1 cucharada de salsa de ostras (opcional, da más sabor)
- 1 cucharada de salsa de soja oscura (para color, opcional)
- 1 cucharada de miel o azúcar moreno
- 1 cucharada de aceite de sésamo (o vegetal si no tienes)
- 1 cucharadita de jengibre fresco rallado
- 100 ml de agua o caldo de pollo
- 1 cucharadita de maicena (disuelta en un poco de agua)
- Sal y pimienta al gusto
- Semillas de sésamo o cebollín (para decorar, opcional)
MODO DE PREPARACIÓN, PASO A PASO

- Marinar el pollo
Coloca el pollo ya cortado en tiras o en cubos en un bol amplio para que se mezcle bien con el adobo. Añade 1 cucharada de salsa de soja (de las 2 indicadas) y un poco de pimienta recién molida. Mezcla con una cuchara o con las manos limpias para que cada trozo quede ligeramente cubierto por la salsa. Deja reposar unos 15 minutos a temperatura ambiente. Este reposo corto permite que la carne tome un toque de sabor y que quede más jugosa al cocinarse. - Preparar la sartén o wok y dorar el pollo
Coloca un wok o una sartén grande al fuego medio-alto y deja que se caliente bien antes de añadir la grasa. Agrega una parte del aceite de sésamo (o del aceite vegetal, según lo que uses) y muévelo para que cubra el fondo. Cuando el aceite esté caliente, incorpora el pollo marinado en una sola capa, evitando amontonarlo demasiado para que se dore en lugar de hervirse en su propio jugo. Cocina el pollo durante varios minutos, dándole la vuelta de vez en cuando, hasta que esté bien dorado por fuera y prácticamente hecho por dentro. Retira el pollo a un plato o fuente y resérvalo, dejando en la sartén los jugos y restos de sabor que hayan quedado. - Aromatizar con ajo y jengibre
En la misma sartén o wok, si ves que está muy seca, añade un poco más de aceite. Reduce ligeramente el fuego a medio para que el ajo no se queme. Incorpora los 2 dientes de ajo picados y la cucharadita de jengibre fresco rallado. Sofríe unos segundos, removiendo constantemente con una espátula o cuchara de madera. Notarás cómo el ajo y el jengibre sueltan todo su aroma; este será la base perfumada del salteado, así que es importante no quemarlos, solo dorarlos ligeramente. - Saltear la cebolla y los pimientos
Añade de inmediato la cebolla cortada en plumas al wok, junto con el pimiento rojo y el pimiento verde, ambos cortados en tiras. Sube un poco el fuego de nuevo para lograr el efecto de salteado rápido típico de la cocina asiática. Cocina las verduras durante unos 2 o 3 minutos, removiendo o salteando con movimientos enérgicos. La idea es que los pimientos y la cebolla se ablanden ligeramente, pero conserven su textura crujiente y sus colores vivos. No las cocines demasiado, para que aporten frescura y contraste al plato final. - Incorporar de nuevo el pollo y añadir las salsas
Cuando las verduras estén ligeramente tiernas pero todavía firmes, devuelve el pollo dorado al wok, junto con los jugos que haya soltado en el plato. Mezcla para integrar carne y verduras. Añade entonces el resto de la salsa de soja, la cucharada de salsa de ostras si has decidido usarla, y la salsa de soja oscura si quieres un color más intenso y un ligero toque extra de sabor. Agrega también la cucharada de miel o de azúcar moreno, que aportará un equilibrio dulce muy agradable a la combinación salada de las salsas. Vierte los 100 ml de agua o caldo de pollo y remueve. Deja que todo hierva suavemente durante unos 2 minutos, para que los sabores se mezclen y el pollo termine de cocinarse en esta salsa aromática. - Espesar la salsa con la maicena
Ten preparada la maicena disuelta en un poco de agua fría para evitar grumos. Pasados los 2 minutos de cocción, baja un poco el fuego y vierte esta mezcla de maicena en la sartén, removiendo de inmediato. Notarás cómo la salsa empieza a espesarse poco a poco, volviéndose más brillante y con una textura sedosa que se adhiere tanto al pollo como a las verduras. Cocina un par de minutos más, hasta que la salsa tenga la consistencia que te gusta: ni demasiado líquida ni excesivamente espesa. Prueba y ajusta de sal y pimienta si es necesario. - Presentación y acompañamiento
Una vez que la salsa esté en su punto y todo bien caliente, apaga el fuego. Si lo deseas, espolvorea por encima algunas semillas de sésamo o un poco de cebollín picado para aportar un toque crujiente y fresco. Sirve el pollo salteado con verduras inmediatamente, bien caliente, de preferencia acompañado de arroz blanco al vapor o de fideos, que resultan perfectos para recoger la salsa y completar el plato.
Con estos pasos detallados, obtendrás un salteado de pollo con verduras al estilo asiático lleno de color, textura y sabor, listo en pocos minutos, pero con un resultado digno de una comida especial.