Lasaña saludable de camarones

Ingredientes principales

  • Camarones pelados y limpios
  • Espinacas frescas limpias
  • Queso ricotta (o requesón)
  • Pimientos morrones (de colores al gusto), bien lavados y cortados en tiras o cubos
  • Láminas de lasaña precocida (la cantidad dependerá del tamaño de tu fuente)
  • Salsa bechamel (preparada o casera — si la haces tú, asegúrate de que esté bien cremosa)
  • Queso mozzarella rallado (o equivalente, para gratinar)
  • Aceite de oliva, sal y pimienta al gusto

Descripción

Esta lasaña de camarones combina la suavidad del marisco con la frescura de las verduras, un toque cremoso gracias al queso ricotta y la bechamel, y el gratinado que aporta el queso mozzarella. Al elegir camarones y vegetales, esta lasaña resulta ligera, nutritiva y más ligera que versiones cargadas con carnes rojas — ideal para quienes buscan un equilibrio entre sabor y salud.

La textura final debe ser firme gracias a las láminas de lasaña, jugosa por la bechamel y el queso, y sabrosa por los camarones bien sazonados y los pimientos. Además, las hojas de espinaca aportan color, nutrientes y un contraste verde muy agradable en cada porción.


Instrucciones detalladas

Preparar los ingredientes

Limpia cuidadosamente los camarones: si es necesario, retira cáscara y venas, luego enjuágalos y sécalos con papel de cocina.

Lava las espinacas y deja escurrir bien. Si las hojas son grandes, córtalas o pícalas para que queden manejables.

Lava los pimientos morrones, retira semillas y membranas blancas, y córtalos en tiras o cubos según tu preferencia.

Ten lista la salsa bechamel y el queso ricotta; si vas a usar bechamel preparada, revuélvela bien para que esté suave y sin grumos.

Cocinar los camarones

En una sartén amplia, calienta un chorrito de aceite de oliva a fuego medio.

Añade los camarones limpios y sazonados con sal y pimienta. Saltea unos minutos hasta que estén hechos: deben cambiar a un tono rosado y verse firmes al tacto. Evita cocinarlos en exceso para que no queden gomosos. Retira del fuego y reserva.

Montar la lasaña

Engrasa con un poco de aceite u opción neutra (como mantequilla ligera si lo deseas) una fuente rectangular apta para horno. Esto evitará que las láminas se peguen.

Comienza con una capa delgada de bechamel, suficiente para cubrir el fondo. Esto servirá como base cremosa.

Coloca una primera capa de láminas de lasaña. Asegúrate de que queden bien distribuidas, cubriendo todo el fondo sin solaparse demasiado.

Sobre las láminas, extiende una capa de la mezcla de espinacas y queso ricotta: esparce uniformemente para que cada porción tenga buen equilibrio de vegetales y cremosidad.

Añade una capa con los pimientos morrones cortados, distribuyéndolos para dar color y textura.

Sobre los vegetales, coloca una parte de los camarones salteados, distribuyéndolos bien.

Repite el proceso: otra capa de láminas de lasaña, bechamel, ricotta con espinacas, pimientos, camarones. La idea es crear varias capas — cuantas permita la altura de tu fuente — para lograr una lasaña bien “estratificada”.

Finaliza con una última capa de bechamel y, encima, espolvorea generosamente el queso mozzarella rallado. Esto formará una cobertura dorada y crujiente tras el horneado.

Hornear

Precalienta el horno a temperatura media-alta (unos 180–190 °C).

Coloca la fuente en el horno y hornea durante aproximadamente 25 minutos, o hasta que la superficie esté dorada, burbujeante y el queso derretido presente una ligera costra.

Deja reposar unos minutos después de sacarla: esto ayuda a que la lasaña “asiente” y sea más fácil de cortar sin que se deshaga.

Servir

Corta porciones generosas, procurando que cada porción tenga de todas las capas: lámina de lasaña, ricotta con espinacas, pimientos, camarones y una buena capa de queso gratinado.

Sirve caliente, recién salida del horno, para disfrutar al máximo el contraste entre cremosidad, textura firme de la pasta y el sabor marino de los camarones.


Consejos / Notas

  • El uso de espinacas y pimientos aporta vitaminas y fibra, lo que convierte esta lasaña en una opción más ligera y nutritiva que las tradicionales con carnes rojas.
  • Si no tienes ricotta, puedes usar un queso blanco suave similar, siempre que aporte cremosidad y ligereza.
  • La clave está en cocinar los camarones justo el tiempo necesario: demasiado y se vuelven gomosos, muy poco y pueden quedar crudos.

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