Ingredientes (para 4 personas)
- 1 repollo pequeño (verde o blanco), finamente picado
- 1 cebolla grande (amarilla o morada), en rodajas finas
- 3 dientes de ajo, picados
- 3 cucharadas de aceite vegetal (girasol, colza o aceite de oliva)
- 1 cucharadita de pimentón dulce (opcional)
- Sal y pimienta negra recién molida
- 1 cucharada de vinagre de manzana o jugo de limón (opcional, para un toque ácido)
- (Opcional) Copos de chile o pimentón picante
- (Opcional) Hierbas frescas: perejil, cebollino o cilantro
Preparación
Preparar el repollo y las aromáticas
Empieza preparando todas las verduras, así la cocción será más fluida y rápida.
Retira primero las hojas externas del repollo que estén marchitas, rotas o dañadas. Después, corta el repollo por la mitad, retira el tronco duro central y, con un cuchillo afilado, corta cada mitad en tiras muy finas. Cuanto más finas sean las tiras, más rápido se cocinarán y más agradable será la textura en boca.
A continuación, pela la cebolla y córtala en rodajas finas o en plumas, procurando que los trozos tengan un tamaño similar para que se cocinen de manera uniforme. Pela también los dientes de ajo y pícalos finamente con un cuchillo o prensador, de modo que se integren bien en el salteado y perfumen el aceite.
Saltear la cebolla y el ajo
Coloca una sartén grande, una cazuela amplia o un wok al fuego medio. Añade las 3 cucharadas de aceite vegetal elegidas y deja que se caliente unos instantes.
Incorpora la cebolla en rodajas al aceite caliente y saltea durante unos 3 o 4 minutos, removiendo de vez en cuando. La idea es que la cebolla se ablande, pierda su firmeza inicial y comience a volverse ligeramente transparente, sin llegar a dorarse demasiado.
Cuando la cebolla esté tierna, añade el ajo picado. Cocina el conjunto 1 o 2 minutos más, removiendo constantemente. Es importante vigilar que el ajo no se queme, ya que si se tuesta en exceso tomará un sabor amargo que podría arruinar el resultado final.
Incorporar el repollo y saltearlo
Una vez que la base de cebolla y ajo esté lista, añade el repollo finamente picado a la sartén. Al principio puede parecer mucho volumen, pero el repollo reduce bastante su tamaño durante la cocción.
Sube el fuego a medio-alto y comienza a saltear el repollo, mezclándolo bien con la cebolla y el ajo. Cocina durante unos 10 a 15 minutos, removiendo regularmente para que se cocine de forma homogénea.
Sin embargo, para conseguir más sabor y una textura ligeramente caramelizada, conviene dejar el repollo unos segundos sin moverlo de vez en cuando. De este modo, los bordes de las tiras de repollo pueden dorarse ligeramente. Ese toque de color dorado aporta un sabor más profundo y agradable. Alterna momentos en los que remueves con momentos breves en los que dejas el repollo quieto para que se dore un poco en contacto directo con el fondo de la sartén.

Sazonar y perfumar el plato
Cuando el repollo esté tierno y con algunos bordes ligeramente dorados, es momento de sazonar. Añade sal y pimienta negra recién molida al gusto. Espolvorea la cucharadita de pimentón dulce, si has decidido utilizarla, y mezcla bien para que el color y el aroma se distribuyan por todo el salteado.
Si te gusta un toque de picante, incorpora también algunos copos de chile o un poco de pimentón picante. Hazlo poco a poco, probando, para ajustar la intensidad a tu gusto.
En la fase final de la cocción, si deseas aportar un matiz fresco y ligeramente ácido que equilibre la dulzura natural del repollo, añade 1 cucharada de vinagre de manzana o de jugo de limón. Mézclalo bien y deja que el conjunto se cocine 1 minuto más para que el sabor se integre sin que el líquido quede excesivamente presente.
Ajustar, terminar y servir
Prueba el salteado y corrige el punto de sal, pimienta o acidez si lo consideras necesario. Es el momento de adaptar el sabor exactamente a tu gusto.
Apaga el fuego y, justo antes de servir, espolvorea por encima hierbas frescas picadas si quieres: perejil, cebollino o cilantro son opciones que aportan color, frescura y un aroma muy agradable. Añádelas en el último momento para que mantengan su tono verde y no se oxiden con el calor.
Ideas de acompañamiento
Este repollo salteado es muy versátil y puede acompañar a distintos platos principales. Funciona muy bien con:
- Papas salteadas o puré de papas, para una comida más completa y reconfortante.
- Pollo asado o salchichas a la plancha, donde el repollo aporta el toque vegetal ligero que equilibra la grasa de la carne.
- Arroz frito o fideos salteados estilo wok, integrando el repollo como parte de un plato de inspiración asiática.
- También puedes servirlo simplemente sobre pan tostado con un huevo frito por encima, creando una cena rápida, sencilla y muy sabrosa.