Esta lasaña saludable de champiñones es una opción perfecta cuando quieres algo reconfortante, cremoso y lleno de sabor, pero sin sentirte pesado después de comer. Se prepara con capas de láminas de lasaña, un salteado de champiñones y espinacas, y una mezcla suave de ricotta light aromatizada con ajo y albahaca. El resultado es un plato principal equilibrado, ideal para una comida o cena completa en familia.
Tiempo de preparación: 20 minutos
Tiempo de cocción: 35 minutos
Tiempo total: 55 minutos
Rendimiento: 6 porciones
Calorías aproximadas: 280 kcal por porción
Ingredientes
- 9 láminas de lasaña
- 400 g de champiñones, picados
- 250 g de ricotta light
- 200 g de espinacas frescas
- 1 taza de salsa de tomate
- 1/2 taza de queso mozzarella rallado
- 1 cucharadita de ajo en polvo
- 1 cucharadita de albahaca seca
- Sal al gusto
- Pimienta al gusto
Instrucciones paso a paso
Precalentar el horno
Comienza encendiendo el horno y precalentándolo a 180 °C. Es importante hacerlo al inicio para que, cuando termines de armar la lasaña, el horno ya esté caliente y listo. De este modo, la cocción será uniforme y las capas se gratinarán correctamente.
Cocer las láminas de lasaña
Llena una olla grande con agua y llévala a ebullición. Añade una pizca de sal y, si lo deseas, un chorrito de aceite de oliva (mencionado en el artículo) para ayudar a que las láminas no se peguen entre sí. Cocina las láminas de lasaña siguiendo exactamente las instrucciones del paquete, normalmente entre 8 y 12 minutos, hasta que estén al dente. Remueve de vez en cuando con una cuchara de madera para evitar que se peguen en el fondo. Cuando estén listas, escúrrelas con cuidado y colócalas sobre un paño limpio o una bandeja ligeramente engrasada para que no se rompan ni se adhieran entre ellas mientras preparas el resto.
Saltear los champiñones
Calienta una sartén amplia a fuego medio. Si lo deseas, puedes añadir una pequeña cantidad de aceite de oliva para ayudar a dorar mejor los champiñones. Incorpora los 400 g de champiñones picados y cocínalos, removiendo de vez en cuando, hasta que comiencen a soltar su propio líquido y este se evapore casi por completo. En este punto, los champiñones empezarán a dorarse ligeramente y concentrarán su sabor, lo que aportará una textura “carnosa” muy agradable a la lasaña.

Añadir las espinacas
Cuando los champiñones estén ya tiernos y ligeramente dorados, agrega las 200 g de espinacas frescas directamente a la sartén. Al principio parecerá que son muchas, pero en cuanto entren en contacto con el calor se reducirán rápidamente. Cocina, mezclando con los champiñones, hasta que las hojas se marchiten por completo y queden de un verde intenso y brillante. Sazona suavemente con sal y pimienta en este punto, teniendo en cuenta que más adelante seguirás ajustando el sabor. Retira la sartén del fuego y reserva esta mezcla de champiñones y espinacas.
Preparar la mezcla de ricotta
En un bol grande, coloca los 250 g de ricotta light. Añade la cucharadita de ajo en polvo y la cucharadita de albahaca seca. Incorpora también una pizca de sal y otra de pimienta. Mezcla todo con una cuchara o unas varillas hasta obtener una crema homogénea, suave y ligeramente aromática. La ricotta light será la encargada de aportar cremosidad a las capas sin añadir tantas grasas como otros quesos más pesados. Prueba la mezcla y ajusta la sal o la pimienta si lo consideras necesario.
Montar las primeras capas de la lasaña
Toma una fuente apta para horno, de tamaño mediano, y extiende en el fondo una fina capa de salsa de tomate (de la taza indicada). Esta primera capa evita que las láminas se peguen a la base y mantiene la lasaña jugosa. Coloca después una capa de láminas de lasaña, intentando cubrir bien toda la superficie. Encima de las láminas, distribuye parte de la mezcla de ricotta, extendiéndola con una espátula o el dorso de una cuchara. Luego esparce una porción de la mezcla de champiñones y espinacas, procurando que quede repartida de manera uniforme.
Repetir el proceso de capas
Continúa alternando capas: una fina capa de salsa de tomate, láminas de lasaña, mezcla de ricotta y mezcla de champiñones con espinacas. Repite este proceso hasta utilizar todos los ingredientes, asegurándote de dejar suficiente salsa de tomate y algo de ricotta para las capas superiores. Es importante que las capas estén bien niveladas para que, al cortar las porciones, cada trozo tenga una buena combinación de pasta, relleno cremoso y verduras. Termina con una capa de láminas de lasaña cubierta con salsa de tomate y, finalmente, espolvorea por encima la 1/2 taza de queso mozzarella rallado, cubriendo la superficie de manera uniforme.
Hornear la lasaña
Cubre la fuente con papel aluminio, evitando que toque directamente el queso para que no se pegue. Lleva la lasaña al horno precalentado y hornea durante unos 25 minutos. Este tiempo permite que las láminas terminen de ablandarse y que los sabores de las capas se integren. Pasado ese tiempo, retira cuidadosamente el papel aluminio y vuelve a introducir la fuente en el horno. Hornea 10 minutos más, o hasta que la mozzarella se vea completamente derretida, ligeramente dorada y con burbujas en la superficie.
Reposar y servir
Una vez fuera del horno, deja reposar la lasaña durante unos minutos antes de cortarla y servirla. Este reposo es clave: las capas se asientan, la salsa se estabiliza y las porciones se mantienen firmes al cortarlas. Sirve una porción por persona, disfrutando de la combinación de champiñones jugosos, espinacas tiernas y ricotta cremosa entre finas capas de pasta.
Notas y variaciones
Puedes seguir las sugerencias de la receta original y añadir otras verduras como calabacín o pimientos en las capas, o incluso adaptar la mezcla de quesos usando alternativas ligeras como queso cottage. Si deseas un toque extra de sabor manteniendo un enfoque saludable, también se mencionan opciones como turkey bacon o chicken ham en el artículo original, que puedes incorporar entre las capas, siempre respetando tus preferencias nutricionales.