Palitos de Pan de Queso

Los palitos de pan de queso son una de esas preparaciones irresistibles que combinan simplicidad, sabor y una textura deliciosa. Dorados por fuera, con un interior suave y lleno de queso fundido, son ideales para compartir durante una merienda, acompañar una sopa o simplemente disfrutar como snack casero. Esta versión no utiliza ingredientes extraños ni difíciles de conseguir, y el resultado es siempre un éxito.

Ingredientes:

  • 400 gramos de harina de trigo
  • 200 gramos de queso rallado (puede ser mozzarella, cheddar o una mezcla de ambos)
  • 2 cucharadas de polvo para hornear
  • 1 cucharadita de sal
  • 120 ml de agua
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • Opcional: 100 gramos de turkey bacon o chicken ham picado

Instrucciones paso a paso:

  • Preparar los ingredientes secos:
    En un bol grande, comienza por mezclar la harina de trigo, el polvo para hornear y la sal. Estos tres ingredientes forman la base de la masa. Asegúrate de mezclarlos muy bien con una cuchara de madera o batidor manual para que el polvo para hornear se distribuya de forma uniforme.
  • Incorporar el queso rallado:
    Añade el queso rallado a la mezcla de harina. Este paso es importante porque el queso no solo aporta sabor, sino también humedad y elasticidad a la masa. Puedes usar solo mozzarella si prefieres un sabor suave, o mezclar con cheddar para un resultado más intenso.
  • Agregar el ingrediente opcional:
    Si decides incorporar turkey bacon o chicken ham, asegúrate de que esté bien picado. Añádelo ahora, junto al queso, para que se reparta de manera uniforme en la masa. Este ingrediente le dará un toque extra de sabor, ligeramente ahumado y salado, sin alterar la base de la receta.
  • Unir los ingredientes húmedos:
    En un recipiente pequeño aparte, mezcla el agua con el aceite de oliva. Esta mezcla ayudará a unir los ingredientes secos y a dar suavidad a la masa.
  • Formar la masa:
    Vierte lentamente la mezcla de agua y aceite sobre los ingredientes secos. Mezcla todo con una espátula o cuchara hasta que comience a tomar forma de masa. Luego, amasa con las manos durante unos minutos, directamente en el bol o sobre una superficie ligeramente enharinada, hasta que la masa sea uniforme, suave y un poco elástica. No debe pegarse a las manos en exceso.
  • Formar los palitos:
    Divide la masa en porciones pequeñas y forma con las manos tiras alargadas. Puedes hacerlas del grosor de un dedo o un poco más gruesas, según tu preferencia. Si deseas, puedes espolvorear un poco más de queso rallado encima de cada palito para intensificar el sabor y crear una capa más dorada al hornearse.
  • Preparar la bandeja y el horno:
    Precalienta el horno a 180 °C. Cubre una bandeja para hornear con papel vegetal o ligeramente engrasada. Coloca los palitos con cuidado, dejando espacio entre ellos, ya que crecerán ligeramente durante la cocción.
  • Hornear los palitos:
    Lleva la bandeja al horno y hornea durante unos 15 a 20 minutos, o hasta que los palitos estén bien dorados por fuera. El tiempo puede variar ligeramente según el grosor de los palitos y tu horno, así que vigila bien durante los últimos minutos.
  • Reposar y servir:
    Retira la bandeja del horno y deja enfriar los palitos durante unos minutos antes de servirlos. Esto permitirá que se asienten y desarrollen su textura perfecta: crujiente por fuera, suave y fundente por dentro.

Consejos adicionales para servir y conservar:

Estos palitos de pan de queso son perfectos para acompañar una salsa suave como un dip de yogur con hierbas, una crema de aguacate o incluso una salsa de tomate especiada. También puedes servirlos junto a una sopa caliente o una ensalada fresca.

Si te sobran, puedes guardarlos en un recipiente hermético a temperatura ambiente durante 2 días, o en el refrigerador por hasta 4 días. Para recalentarlos, basta con ponerlos unos minutos en el horno o en una sartén a fuego medio, para devolverles su textura crujiente.


Conclusión:

Con pocos ingredientes y en muy poco tiempo, puedes preparar unos palitos de pan de queso que se convertirán en los favoritos de la casa. La mezcla del queso fundido con la masa suave, ligeramente crujiente, es simplemente deliciosa. Y si decides darles un toque especial con turkey bacon o chicken ham, el resultado será aún más sabroso sin perder la esencia original de la receta. Ideal para toda ocasión, esta preparación es la prueba de que lo simple también puede ser espectacular.

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